Hola de nuevo !
Como hoy no me apetecía que me pasara lo de ayer, y aunque me levanté tarde, decidí aprovechar el magnífico dia de sol y buena temperatura... Abrí internet, busqué un lugar de mi interés y tracé la ruta... Elegí unas ruinas de un castillo, en Lérida.
Perdonaréis que normalmente, salvo que sea un sitio de todos conocido, evite dar nombres o localizaciones, pués de esta manera evitaré la problemática que pueda surgir de usar datos ajenos y también ayudaré a preservar lugares poco frecuentados cuando sea el caso. Por supuesto, quien sienta interés verdadero puede dirigirse a mi y tratamos el tema en privado.
Tras volcar los datos de la ruta y preparar las cosas mínimas para una salida en solitario por parajes que no conozco, me dirigí a la cafeteria de "R...." y me aprovisioné de un excelente bocadillo de buen jamón con queso, algo de bebida y tomé mi indispensabe dosis de cafeina. Lo siguiente fué cargar mi moto con el GPS, la cámara de fotos, abundante tabaco, móvil a plena carga y las provisiones. En la moto ya llevaba otra parte del equipo que para estas ocasiones suelo llevar: prismáticos, alguna herramienta, la ropa de motorista por si el tiempo lo hace necesario y cosas por el estilo... Una buena multiusos es indispensable también.
Así que poco antes de mediodía estaba en marcha y conduciendo relajadamente y disfrutando de las sensaciones de la ruta... Buen tiempo, carretera por delante, un objetivo que localizar y el equipo adecuado... lo demás es solo relajarse y disfrutar... Algún café mas por el camino y tras unos 120 km. alcanzamos el objetivo...
La moto es una Yamaha XT 660... No es la mejor moto del mundo, pero es una buena opción para el uso mixto que quiero darle y al que no renuncio por otra mejor. Me ofrece la posibilidad de usar carreteras, pistas y caminos de forma bastante eficiente, y eso es lo que quiero, así que estoy contento de tenerla... Para los amantes y aficionados a las motos, diré que la BMW 1200 GS Adventure o bien la Yamaha Super Teneré 2010 son mi ilusión, en lista de espera... por supuesto.
Para llegar al castillo, tras un puerto muy cómodo y agradable de subir, por una carretera poco transitada y de divertida conducción, hay que abandonar el asfalto y cojer una pista en bastante buen estado durante un par o tres de km, lo que para mi, es una gozada, pués como iréis adivinando, amo el campo y un poco de aventura...
Podéis ver en la foto que, el castillo, como la mayoria, se encuentra en una cima con vistas increíbles. Al parar el motor, el silencio era practicamente absoluto y era una delicia oir solo la brisa, que además, refrescaba lo justo el dia soleado.
Tras el cigarrillo de rigor en mí, -que no quiere decir que lo aconseje-, saqué la camara y lo que necesitaba llevar a mano, la bolsa-mochila de la moto y me dispuse a recorrer las ruinas, bordeando la cresta que conforma la cima... A lo largo de una repisa de unos 800 m de largo y que tiene entre 30 y 10 metros de ancho según el tramo, se situa el complejo medieval. Encontramos lo primero, la ermita, restaurada y que es de una bella simplicidad. Sorprendentemente estaba abierta y podía visitarla sin tener que conformarme con echar un vistazo por una rendija, que suele ser lo habitual, por desgracia. Así que desde aquí, mi agradecimiento y un homenaje al responsable del edificio, que aún cree en la buena voluntad y responsabilidad de la gente.
Para mí, ese respeto por las cosas es sagrado, así que siguiendo la máxima de los que usamos el medio natural en cualquiera de las formas de acceso, prometo que dejé todo "como si no hubiera pasado por allí". Esto quiere decir sin dejar basura atrás, sin romper nada, cerrando las puertas y cuidando el entorno natural. Y sin llevarme nada salvo el recuerdo, claro está. No presumo, es lo que minimamente se debe exigir para que otros disfruten lo mismo que tú.
Al grano !! esta es la ermita, y tras las imagenes os contaré algo que me impresionó un poco....
Como véis es muy sencilla, no sé si será románico, pues de estas cosas, como de todo, poco sé. Era fresca, silenciosa y al estar completamente sólo en la zona, se me hacía extraño pasear por la estancia... En muchos kilómetros no había nadie y la sensación se vuelve muy especial en esos casos.
Lo que me impresionó, como os decía, está en el exterior. Si miráis la primera foto, veréis que en el patio, junto al muro, existe en el suelo una sencilla cruz de hierro, y como quiera que no observé ningún cementerio, me acerqué a observarla.
La cruz contiene una placa metálica, con señales de haber sido limpiada hace poco. En unas pocas lineas se conoce el nombre de quién reposa en esa tumba, sin lápida ni panteón, y de la sencillez más extrema. Tan sólo la tierra por cubierta. Corresponde a una chica joven, muerta en el primer tercio del siglo pasado a los 26 años. Como seguro comprenderéis, no citaré ni el nombre ni las fechas. No conozco los hechos, ni los conoceré y no puedo imaginar las circunstancias de su vida y su muerte, pero lo que como os decía, me hixo reflexionar, es que debe haber una razón para estar ahí, en la soledad de un lugar apartado, sin otros entierros, de una forma tan sencilla y en un sitio peculiar... Nada conozco de esa persona, pero envidio su lugar de reposo... Comí, tras visitar la ermita, cerca pero no demasiado, -por respeto-, de la tumba, como brindando y buscando compañía de la forma mas respetuosa y sencilla, pues bajo la luz del sol y en un lugar tan bonito y agradable, nada de macabro podía haber en ello. Medité en la historia oculta, quizás en realidad sea la mas sencilla de las razones, pero antes de seguir mi exploración de las ruinas, lamenté que no hubiera en las proximidades una flor o una rama de romero que ofrecer como gesto.
Siguiendo la cima, tras la ermita, a unos 50 o 60 metros, está lo que resta del castillo medieval... Creo que la fortificación data del siglo XI, así que no deja de ser digno de consideración el tener presente que lo que observamos, a su vez nos mira con mil años de historia a sus espaldas... Viejas piedras que son testigos de un milenio, dia tras dia, sol tras sol...
Siempre de forma insconsciente, ante estos testimonios, imagino, o lo pretendo, ver su aspecto original, el trasiego que sus habitantes tenían y a saber que historias vivieron los muros que ahora, ya están vencidos, pero sin carecer por ello de un orgullo que admiro.
Del castillo podemos ver las murallas exteriores, aún altas si bien incompletas, la torre del homenaje circular con sus buenos 10 o 12 metros de diámetro, con muros de casi metro y medio de espesor y una parte de lo que a los pies de la torre, debió ser un edificio de alojamiento.
Esta es la vista general del castillo, mucho menos impresionante en la foto que en la realidad, como no puede ser de otra manera. A sus murallas une la defensa natural de las rocas verticales sobre las que se sustenta.
No hay otro modo de acceder que el que yo sigo, es decir, subir la colina por su parte menos vertical y escarpada y seguir la cima angosta que te lleva al acceso al castillo, que no es si no una estrecha repisa rocosa que desde la parte plana en la que está la hermita, lleva al castillo. Este acceso es el de la foto de la derecha, donde se avanza encajonado entre dos muros hasta lo que debió ser el patio central, donde se alza la torre del homenaje.
La torre, que vemos a la izquierda, se encuentra incompleta en altura, pero lo que resta deja adivinar su antigua resistencia, aunque cuando entras, te asalta la sensación de que todo se va a venir abajo, como luego veremos. Tanto la torre, como el edificio adyacente, que yo imagino como vivienda, cocina y otros usos, están en mal estado y tanto la vegetación (juro que las zarzas son ahora una buena defensa en mi intento de invasión) como las mismas ruinas que cubren el suelo, hacen dificil moverse por el interior. Toda la construcción es piedra, silleria, y algunas vigas y soportes de madera, ya caidos.
El resto de la edificación, por desgracia, consiste en muros derruidos de escasa altura que permiten imaginar por donde discurrian los pasos entre las diversas dependencias. me gustaría disponer de mas espacio y tiempo para colgar mas fotos y explicar que se ve en cada una, pero esta crónica ya empieza a ser demasiado extensa. Existe nostalgia al observar como estas fortalezas no han resistido el paso de tantos años y ahora no podemos adivinar toda su grandeza, su potencia y su ingenieria y utilidad.
Lástima no poder saber mas, ser arquitecto, historiador y arqueólogo para poder dar forma entera a los fragmentos de lo que ahora vemos. (Sí, admito que me gustaría ser Indiana Jones y encima de lo dicho, encontrar los subterráneos y el tesoro, vale, confieso !!!!)
La visita finaliza siguiendo la cima de la montaña, por la cresta rocosa, hasta unas edificaciones que si bien me parecen antiguas, yo diria que no lo son tanto como el resto del emplazamiento. Mas bien parece un asentamiento posterior que aprovecha parte de las dependencias que restaban del castillo, posiblemente ya en ruinas o al menos abandonado y cuyas habitaciones se realizan con la piedra del castillo y sus murallas, pero insisto en que soy un profano al que solo le mueve la afición y algo mas profundo, como es el interés por los restos que nos llegan del pasado.
Emprendí el regreso tras un rato de disfrutar el paraje que me envolvía, ya sin afán de busqueda y solo para el placer de los sentidos y el disfrute de la calama reinante. Supongo que volveré, el sitio merece una nueva visita, siempre para mis gustos y modo de ser, por supuesto. Quizás para vosotros sea un tostón todo esto y lo que me enrollo....
Volví buscando una ruta diferente y lo que suele pasar, pasó.... Me entretuve, paré a ver sitios, el camino se iba alargando y llegué a casa ya anocheciendo con casi 350 km de ruta a la espalda, pero lleno de la visión de todo lo recorrido, con mas paz y mas rico de lo que salí de casa y con un par de pinchazos de las zarzas, pequeño pago por haber llegado a conquistar el castillo.
Os dejo como despedida un par de imagenes de la vuelta...
Si mañana tengo un rato, subiré algun video del entorno del castillo, que da mas una idea del conjunto, pero por ahora, feliz noche a todos...