Buenas tardes tengáis !!!
Como en mi actual situación tengo tiempo para buscarme distracciones, pues hoy salí para hacer un recado, y a la vuelta, -como el día era gris, lloviznaba y se adivinaba la llegada de la niebla para hacer mas hivernal la noche-, decidí que era mejor volver por caminos que recorrer de nuevo la aburrida carretera miles de veces trillada...
Si queréis perder un par de minutos, os adjunto un video de como son los caminos que abundan por las montañas cercanas a casa... Lógicamente, existen mejores y otros que, para complicar un poco las cosas, son estupendos... Pero este es de los que se pueden recorrer para relajarse, con la música y el aspecto del bosque... Si no os apetece verlo, seguid leyendo, que maldita la falta que hace que os perdáis conmigo en abstracciones...
Ya conocéis tambien mi mala costumbre de parar en cualquier sitio y fumarme un cigarrito observando lo que me rodea... Así que dejando la música del coche puesta me paré un par de veces a "oxigenarme"... No tenía prisa por volver y si ganas de que me diera el aire... Casualmente llevaba una cámara y, reflexivamente me dije: "a la vuelta paso un rato aburriendo al personal"... (Podéis añadir una carcajada demente en este punto). Siempre intento cumplir mis promesas... así que lo siento, os toca...
Foto del autor: lo dicho... llega la niebla. |
Al atardecer el bosque se torna silencioso, no por una fauna que se retira para pernoctar, (dicha fauna ya no existe), sino porque los ruidos que de la civilización llegan, van disminuyendo... Este silencio es especialmente notorio cuando la niebla actua con su efecto de pantalla, y aún más, si como era el caso, la llovizna se dejaba oir y sentir...
Foto del autor: Las montañas solo son barreras momentáneas... si el clima lo quiere, no pararán la presencia de la humedad |
La niebla, como todo aquello a lo que nos acostumbramos, no nos aporta en primera instancia, desde nuestros cómodos hogares, desde la ocupación en nuestros trabajos o desde la comoda butaca de nuestro coche, ninguna sensación, salvo para muchos, la del fastidio... A veces, un cierto desasosiego al pensar en estar a la intemperie...
Y no obstante, cuando la sientes en la piel hasta el punto de notar su humedad, -fría en este més de dieciembre-, y te paras, lejos de las luces, a ver como avanza, es un espléndido espéctaculo: la niebla es sinónimo de calma, pués el viento es su eterno vencedor y no puede habitar ni con él ni en él... Y así, sin sobresaltos, puedes ver como supera las cimas y se desparrama por valles y hondonadas... Como en una lenta cascada, esta niebla del norte supera montañas y alcanza mi comarca...
Cuando la niebla es densa, parece que el ambiente cambia a medida que se nos va acercando, y su mayor, -si no único peligro-, es la desorientación, si es que por supuesto, no estás en la población... Poco a poco todas las direcciones nos parecen idénticas, si bién, algunas siluetas, si son conocidas, nos orientarán...
Va cayendo la noche, ya sólo las cimas sobresalen y al bajar a las hondonadas, ya todo está cubierto por una uniforme capa de agua... La tierra ya se empapa y libera su olor a mojado... El romero, el tomillo y los pinos mezclan, al mojarse también, su aroma, y junto al frío y el silencio, el ambiente se carga de sensaciones limpias, puras... La noche avanza y yo me digo que toca retirarse y de paso, abreviar vuestra tortura si habéis llegado hasta aquí...
Foto del autor: Es tarde y el paisaje ya ofrece sus últimas vistas.... |
Como una escalera que une el cielo con la tierra, la niebla ya no me ofrecerá otra sensación que la de necesidad de buscar un buen refugio... y me empuja hacia las luces de los pueblos que ya hace un rato que brillan con permiso, -siempre-, de los claros de las nubes...
De vuelta a la sociedad, donde las cosas, a menudo, no son tan limpias, ni huelen tan bien ni te rodean con tan dulce calma... Todos ensuciamos nuestra vida y de vez en cuando, gracias a la niebla, las cosas quedan ocultas a quién pudiera mirarnos.
Por si acaso, llevo luces de sobra, un buen gps y no me he apartado, -hoy-, de nada conocido... Si quería perderme, no lo conseguí, así que hasta mañana y disfrutad de vuestro refugio...