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martes, 12 de octubre de 2010

Rescatando viejos escritos...

Hace ya bastantes años, y como de vez en cuando a todos supongo que nos pasa, me encontré en una situación que me supuso un mal trago... Era una situación imposible, sin solución y, como a todos de vez en cuando nos ocurre, el ánimo se enturbió y la mente necesitó vaciarse... Como a muchos, escribir palabras, -medio prosa y medio versos malos-,  que hace poco encontré y  que  entonces  sirvieron, en una noche oscura por muchas luces que encendiera, para dar un respiro, un escape al momento:


La voz calla a veces lo que el alma grita...
El espíritu es mudo y el alma, joven y a la vez, ya vieja,
sabe lo que calla y confunde el porqué lo hace...
No hablar por no herir, por no errar...

¿Huir?  Explorar... Nuevos lugares

para aprender de nuevo a mirar... 
 universo entero es infinito,
pero sólo en un pequeño rincón de mi mente,
sus milagros se llegan a interpretar…
Lo demás es incierto y la ceguera hace cercano el horizonte.

La sonrisa entre las lagrimas es el reflejo del valor entre tus miedos…

Se pueden leer las palabras, no tanto los sentimientos...
Si estas bien o mal, casi nunca lo dirás…
Si te preguntan, mentirás...
Es digno el silencio, y sabio es recibir. con humildad,
el abrazo y la mano que te alza…

Y antes que mentir, callar...

y la verdad sólo a quien es capaz...
Porque media verdad,
 solo consuela a quien necesita media mentira…
Pero si alguien lo necesita… mentirás.
Y si mientes, calla tu mentira, que así,

será su verdad…

Si, cosido y apedazado, mezclarás el silencio y la verdad…
La sinceridad total es insoportable....

Recogerás los rastros de almas que delante tuyo caminan
y forjaras con ellas caminos en las estrellas...
El día a día los borrará, dejando sólo sus huellas...

Tus cicatrices muestran lo que duele...
Esas marcas muestran lo que a tu piel hiere...
Pero no te afean... Dicen que un día acariciaste un fuego,
rozaste la madera y dicen de tí que te tocó la espada, o la piedra...
La piel, sin duda, debe hacerse vieja...
Esas cicatrices no curan, así que sólo,
déjame calmar el dolor de las heridas, al aire abiertas...


Que el día se acabe no impedirá
que el arbol siga de pié.
(Foto del autor).
 Fué hace mucho, y ya hoy nadie de los actores de tan mala obra estan presentes... Y da verguenza rescatar estas cursiladas... Recuerdo claramente la decisión de no hablar por no herir, de callar y no cejar hasta conseguir que el tiempo, -como ahora ya puedo notar-, derribara lo que parecía infranqueable y dejara solo una muesca profunda. Cuanto de nobleza o buena voluntad, cuanto de cobardia o de mínimo esfuerzo hubo, ya no sabría decirlo...


Porqué os he soltado este rollo?? Pues porque por otras cosas me estaba yo preguntando el motivo de que los sentimientos, las sensaciones, o el desánimo, nos lleguen a veces a hacer parecer obstáculos inmensos a ciertas situaciones que sí, que son importantes y nos van a hacer pupa, pero que no tienen mas salida que la que hay que darles... Y mañana, -hoy-, serán ya otra cosa.

Ciertamente, debe sentirse aquello que nos ocurre, pero llegar a la angustia es algo poco deseable...

Perdón, quizás no os estoy dejando dormir. Ya salgo y cierro la puerta.