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jueves, 2 de febrero de 2012

De los árboles....

Hola de nuevo...

Es de noche, ya tarde, y afuera la lluvia está decidiendo si se convierte o no en nieve. Al final, enero ejerce de mes invernal y se agradece el calor de estar en casa... Y así, estaba yo seleccionando algunas fotos cuando me encontré con un grupo de ellas cuyo motivo principal son figuras de árboles, en diferentes sitios y momentos...

Y hablando de frios tardíos, árboles y nieve, busqué esta imagen de la que me acordaba. El invierno nos tenía engañados hace un par de años a todos, volviendo cuando creímos que se había ido ya, pero gracias a ello, nos dejó imágenes como esta:


Foto del autor: Sorprendidos los almendros, ya en flor, por la nieve en primavera.







Con mejores dotes que las mías, son los árboles una extensa y merecida razón para un artículo. Hablar de cómo ellos, -el bosque-, interviene y regula atemperando el clima de las zonas que lo albergan, de como sus raices ofrecen sujección a la tierra para que la lluvia no la arrastre, y así, se conserve fértil el terreno... De como protegen al valle de las inundaciones, al ser una barrera viva que contiene el deslizarse de las aguas, o cómo mantienen la humedad y regulan el drenaje de la tierra, que se reseca sin ellos...

Fuentes de vida, a sus pies se albergan miriadas de seres vivos y plantas, y antes de que nuestra soberbia nos haya ido apartando de ellos, fueron los árboles y el bosque quienes dieron sustento y cobijo, riqueza y alimento de los pueblos de nuestro pasado.


Foto del autor: Pasear por el bosque, aún, sigue siendo complemento
de nuestra esencia, y encontramos en ello el sosiego que cura, aunque
no creamos necesitarlo.


Del bosque y los árboles, dice un sutra budista:

"El bosque es un organismo peculiar de amabilidad y benevolencia sin límites que no exige nada para sobrevivir y prodiga generosamente los productos de su vida y actividad, y ofrece protección a todos los seres."

Y creo yo que es una verdad tan evidente que abundar en ello sería pecar de soberbia.


Foto del autor: No sólo recursos, el bosque también nos ofrece la sensación de
equilibrio,  de una naturaleza que ya sabe sostenerse y reciclarse, del ciclo de estaciones,
y tras ellas, años y años de permanencia.

Alguien dijo ya hace tiempo:


"Para mí, la naturaleza es sagrada; los árboles son mis templos y los bosques son mis catedrales."


Y de nuevo, sólo puedo hacer mías esas palabras sin intentar añadir nada. Basta acercarse a un bosque y deambular por él, alejados de ruidos, para que el ánimo cambie y el pensamiento sea más fácil.


En la tradición celta, quizás, sea donde más se profundiza sobre la naturaleza de los árboles, convirtiéndose en uno de los elementos sagrados mas importantes...  Los druidas veneraban profundamente a estos seres, y en ellos encontraban varios simbolismos:

Unian la tierra, con sus raices, al cielo a través de las ramas, discurriendo la vida terrenal en el espacio intermedio. Creían que su forma ramificada simbolizaba la evolución, tanto del hombre como de la familia y el conocimiento... 

Os recomiendo un vistazo a esta web para profundizar un poco sobre este tema...



Foto del autor: esta encina, con su tronco de más de diez metros de perímetro en la base,
no me cabe ninguna duda que merece respeto y qué es un ser venerable.

Y han sido muchas las gentes que han expresado sus convencimientos e ideas en torno a la figura de los árboles. Como no confío demasiado en mis habilidades, quizás sea mejor presentaros algunos de estos pensamientos que sin duda, expresaran mejor que yo ciertas ideas:

"Una sociedad se hace grande cuando los ancianos siguen plantando árboles, aunque saben que ya nunca se sentarán a su sombra"

Esto reza un proverbio griego, evocando una condición que cada vez más encuentro a faltar. Y es que expresa de una bella y sencilla manera la idea de continuidad, de esfuerzo por el grupo, de la necesidad de cuidar el futuro para los demás, tal y como nosotros lo recibimos... es pura generosidad.


Foto del autor: del pasado nos llegan arboles ya ancianos... No se puede dudar que el camino pasa por
legar al futuro un mundo conservado, cuidado y rico cómo aún podemos apreciarlo. No considerarlo así
es mucho más que ignorancia, es una afrenta y es una fatal negligencia.

Al respecto, muchas cosan se han dicho y se dirán... yo, rebuscando, he ido encontrando algunas sentencias que, por una vez, me aconsejan ser humilde y no discutir para poco aportar... Dice Mary Lou CooK:

"No podemos dejar que los árboles mueran, los árboles son para nuestros nietos"


Y no seré yo quién la contradiga, cómo no contradeciré a Bryce Nelson:


"La gente que no hace nada por conservar los árboles, pronto vivirá en un mundo que tampoco podrá sustentar a las personas"

Foto del autor: Sin duda, un mundo sin esta imagen, quizás sera habitable, pero
será infinitamente mas pobre y triste.


No cabe dudar de la obligación moral de ser pastores de nuestro mundo. Ese va a ser, -o nada será-, el logro definitivo que calificará o denigrará al hombre: su capacidad, su convencimiento y la aceptación de su deber de ser conservador de todo aquello que existe, el orgullo de salvaguardar el tesoro que este planeta encierra y todas sus formas y el más humilde reconocimiento de que toda nuestra grandeza, no hubiera sido posible sin la riqueza que encontramos. Todo surgió del mismo barro. Tiene razón J. Sterling Morton:


"Cada generación se considera depositaria, no dueña, de la Tierra. Debemos transmitir a la posteridad, al menos, tantos árboles, bosques y jardines como hayamos agotado y consumido"

Foto del autor: No hemos de renunciar a lo que legitimamente necesitamos, pero
debemos amarlo tanto precisamente por ello, y debemos preservarlo.

Poniendo un poco de humor, de ironía, hay otras razones a tener muy en cuenta... No vamos sobrados de tiempo para evitar catástrofes y muchos somos ciegos aún a lo que ya se hace evidente. Hemos de reaccionar, así que pongamos atencion a lo que por lo visto, alguna vez contó en forma de anécdota John F. Kennedy:

"El gran mariscal francés Lyautey pidió una vez a su jardinero que plantara un árbol. El jardinero objetó que el árbol tardaría en crecer y que no alcanzaría la madurez hasta cien años mas tarde.... El mariscal respondió: En ese caso, no hay tiempo que perder, plántelo esta misma tarde"

Y A. Whitney Brown comenta:


"Planta árboles. Nos dan dos de los elementos más esenciales para nuestra supervivencia: oxígeno y libros"


Foto del autor: Sólo este paisaje, ya nos hace tener ganas de respirar mas hondo... Quitadle el árbol y los bosques del fondo...


Supongo que en frente de parajes como este, fué cuando a John Muir se le ocurrió decir a quienes le rodeaban:

"Dios ha cuidado a estos árboles, los ha salvado de sequías, enfermedades y avalanchas y los ha protegido de miles de tempestades e inundaciones... pero no puede salvarlos de los insensatos"


Y es muy acertado, no cabe mayor insensatez que la de no cuidar tamaño don. Habrá que presionar a nuestros dirigentes para que en sus programas se contemple este hecho, habrá que oponerse a obras faraónicas injustificables sino es por el falso orgullo de ser gigantes con pies de barro... ¿ Habra mayor parque o centro de ocio que el mundo tal como se presenta? Pués no lo destruyamos para luego pagar entrada por algo que no se puede ni comparar.


Foto del autor: La pared de piedra protege al arbol durante siglos, permitiéndole
alcanzar esta altura... ¿Seremos nosotros más insensibles que la piedra?


Vamos a ir acabando ya este paseo que por los bosques hemos dado... posiblemente, como es mi costumbre, ya lo alargo en demasía y estáis fatigados. Pero aún os ofreceré una frase, miscelanea de todo lo dicho, que une los argumentos de la conservación y la valoración con la necesidad de tomar consciencia de lo que hemos visto:


"Sembrando trigo, cosecharas una vez... Plantando un árbol, cosecharas diez veces... Instruyendo al pueblo, cosecharas cien"


Es de un tal Jiddu Krishmamurti, y aunque no lo conozco, coincido con él. Todo al final, se reduce a ser capaz de entender.

Mientras, yo sólo sé que conviene defender cada rincón, cada parcela  de naturaleza y que habrá que evitar cubrir de cemento cada palmo que podamos salvar. El planeta sangra ya por demasiadas heridas, y por colosal que sea no es eterno, como nada lo es. Convivir con los bosques debería ser, creo yo, una asignatura de obligado disfrute.

Foto del autor: Este es un gigante, pero benévolo. Hasta el punto de que está en nuestras manos y el ser humano, hasta jugando, mata.

Una última imagen para ver si podemos soñar con bosques, neblinas y silencios cómodos... Con susurros de aire entre ramas y la mirada de un unicornio que nos diga, con su brillo, que lo estamos haciendo bién, pues es en los bosques donde una gran parte de la magia habita.


Foto del autor: un rincón valioso.


Foto del autor: el simple regalo de la imagen justifica su importancia.


Que la noche os sea propicia... ya no falta mucho para el amanecer...

Jordi F.