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tengas un buen viaje.

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martes, 21 de agosto de 2012

Guimerà... o donde los burros salen por los tejados.

Hola a todos y todas....

Sigo teniendo que contenerme para no convertir este blog en una perpetua queja de los sucesos que siguen afectando a la sociedad de este país, pero aunque este lugar acepta todo, (en temas, no en cualquier cosa), pienso que de vez en cuando conviene dar paso al aire que me gustaría que siempre tuviera... O sea, un compendio de imágenes e impresiones y, en este caso, -como ya en otros varios-, acerca de un lugar a mi juicio bello e interesante.

Como indica la primera parte del título, hablaremos de Guimerà, una población perteneciente a la comarca de L'Urgell. De la segunda parte del título, haremos un breve comentario al final.

Hechemos un primer vistazo a la población:

Foto del autor: Vista de la población.


Se sitúa en "La Vall del Riu Corb", así que aquellos que hayáis visitado este blog y os hayáis detenido en la entrada del Monasterio de Santa María de Vallsanta, (y si tenéis buena memoria), sabréis que estamos en el pueblo a cuya demarcación el convento pertenece, y del que os propuse un día hablaros.

Esta es la carretera que pasa por el pueblo y que tras apenas dos kilometros, nos llevaría a las ruinas de Vallsanta. El pueblo, desde este punto, no nos permite adivinar sus bonitos rincones aún.

Foto del autor: La carretera que nos conduce a Guimerà.

Ya la primera foto nos induce a pensar en una localidad medieval, donde destacan la torre de la iglesia y la del castillo en ruinas... El pueblo, construido entero en piedra, y que se desliza por la vertiente de la montaña, nos evoca una construcción fortificada, vieja...

Ya antaño se consideraba más que municipio, una "vila", termino que en catalán nos emplaza a una localidad que por algún motivo tenía mayor preponderancia que el resto... Pudiera ser que poseyera un mercado (que en la edad media requerían autorización del "señor" de las tierras y pagaba tributo), o que fuera cabeza de comarca o "señorio", o por ser residencia del noble de turno... Otras causas también son posibles, como un gran auge comercial, parada principal del camino... Seguramente, Guimerà acreditó varias de estas causas en su ya larga historia. Pero vayamos adentrándonos por sus callejas...

Esto nos obligará a una continua ascensión, pero que si nos tomamos nuestro tiempo para ir observando y parando ante los detalles, se nos hará agradable  el esfuerzo.

Foto del autor: Entrando al nucleo del pueblo.

Estas primeras calles son las mas "llanitas" y las mas modernizadas, pero ya nos permite ver como el pueblo se levanta sobre nuestras cabezas casi en vertical, obligándonos a ejercitar el cuello para ver el cielo...

Guimerá es sin duda, un nucleo que ha conservado su origen medieval aún en nuestros dias y esto se observa en su trazado... Calles estrechas que permiten por un lado evitar el duro sol del estío y que también facilitan la defensa del pueblo. Su trazado irregular es útil tanto como para frenar el viento frío, como para dificultar el avance de un posible invasor... Descubriremos juntos otros detalles...

Foto del autor: Detalle de la construcción del pueblo... Arcos y mas arcos, porches y cubiertos...

Foto del autor: Piedra y madera, calles estrechas... paz en el ambiente, esto nos
acompañará en todo el recorrido.

Llegamos en seguida a una de las principales plazas del pueblo, tras atravesar los pasos cubiertos y las arcadas que hemos visto.


Foto del autor: Los elementos modernos afean la foto... Nos encontramos en una
de las plazas, quizás la mayor.

A la izquierda, en la foto superior, se observan unos arcos.. Corresponden a un porche cubierto que también es típico del medievo.. A continuación lo observaremos con mayor detalle, pues es la ruta elegida para seguir la visita, siempre ascendiendo.

Foto del autor: El camino que hemos elegido para ascender por el pueblo,
nos lleva, tras cruzar la plaza, a este bello rincón...

Es inmensamente agradable y digno de agradecer cuando encuentras estos lugares limpios y bien conservados.. Lógicamente, están adaptados a los tiempos que corren y a la comodidad que sus vecinos merecen, pero han sabido conservar el encanto de los siglos transcurridos...

Un rincón sigue a otro y siguen desfilando las arcadas... Entendemos, al sufrir en nuestras propias carnes el calor, cuanto se agradece una construcción que da sombras... Y podemos imaginar en cada arcada, en cada paso estrecho, la dificultad para avanzar de aquél que quisiera avasallar al pueblo por la fuerza.


Foto del autor: Curioso detalle de arcos diferentes a cada pocos pasos... Sostienen edificios
de varios pisos sobre la calle, siglo tras siglo.

Entre tantos detalles, no está de mas conocer que el pueblo vive, sobre todo, de la agricultura de secano, como atestiguan los campos que lo envuelven... Cuenta con menos de 400 habitantes hoy en día, contra los cerca de 2.000 que hace unas décadas lo habitaban.

En agosto, a mediados, celebra un feria medieval, con mercado, actuaciones....


Foto del autor: Subiemos en zig zag, con lo que encontramos
calles de pendiente suave...

Continuamente encontramos otra de las particularidades de la construcción medieval: las pasarelas y las casas "puente", edificaciones que ocupan ambos lados de la calle permitiendo su paso bajo cubierto. Esta forma de construir está hoy en desuso, por la mayor amplitud que damos al paso y por la preferencia y necesidad de espacio abierto para airear e iluminar las calles. Antaño, se atendieron otras necesidades.


Foto del autor: Pasarelas y casas puente, otra forma de construir.

El castillo al que nos dirigimos por el laberinto de calles y empinadas cuestas, data del S. XI , así que aunque el pueblo se hallara contenido en las murallas al inicio, ya hace siglos que se derramó por la falda de la montaña y dió lugar a este pintoreso rincón. Esto, además, quiere decir que a medida que subimos, vamos profundizando en el tiempo y en términos generales, nos adentraremos cada vez en las zonas con restos más antiguos.

Quizás a media altura de la colina, encontramos esta agradable encrucijada... Observad ya la estrechura de las calles, el trabajo de los arcos y las citadas casas-puente.


Foto del autor: Encrucijada de calles, bello rincón.


No creo que las fotos hagan verdadera justicia al lugar, ni por otro lado, que a todos os guste de igual manera, pero todo esto que vamos viendo en este paseo, bajo el día soleado, dió lugar en 1975 a que Guimerà fuera declarado Conjunto Histórico Artístico y en 1993, Bién Cultural de Interés.

Ver que de vez en cuando las administraciones hacen lo debido al facilitar la conservación de estas joyas, me dice que  todo aún no está perdido, pero casi.


Foto del autor: Mirando hacia atrás en la subida...

Prueba del paso del tiempo y de la manofactura de las construcciones, son las inclinaciones de vértigo de los muros... Podéis verlo en la última foto, donde la calle, extrañamente, se estrecha hacía arriba y las fachadas se proyectan hacia afuera...

No hace falta ir a buscar rincones particulares... Todo el pueblo presenta, a cada pocos pasos, un espacio peculiar... Aquí, la calle se convierte en necesaria escalera para seguir subiendo.. A la derecha, -casi un pasadizo más que otra cosa-, el laberinto se sigue desarrollando para nuestro paseo.


Foto del autor: La calle se convierte en escalera... a la derecha, parece que
vamos a una casa, pero bajo ella, el laberinto  de callejones continua.

Foto del autor: Lo que parecia una entrada a la puerta de un ya anciano establo,
continua además hacia abajo por un estrecho pasadizo, descendiendo.


Foto del autor: Detalle de la anterior imagen.

Foto del autor: La penumbra de los pasos cubiertos hace deslumbrante el
sol de los espacios abiertos.



Parece que tras los últimos pasos cubiertos, vamos llegando a la zona de la Iglesia y el castillo, en la cima... Un esfuerzo mas !!



Foto del autor: Cuando vuelves la cabeza, descubres que vas dejando atrás nuevas perspectivas...

Salimos a un nuevo espacio, donde la única transición es que ya no recorremos calles estrechas encajadas entre pasos, sino que hemos llegado casi a la cima y ahora las empinadas cuestas tienen por techo el cielo. La continuidad la da la piedra de las casas...


Foto del autor: Cuestas y mas cuestas en la parte más antigua del trazado.


A esta altura de la colina, y a la vista de las construcciones, podría parecernos que, 
 -aunque deberíamos ser historiadores o arquólogos para asegurarlo-, nos hallamos en lo que en su momento debió ya ser zona del castillo. Las casas, restauradas con buen criterio, deben contar entre sus paredes nuevas con la resistencia de las piedras que fueron muralla en su momento.

Por ello quizás, la sensación que tenemos al avanzar es la de un tiempo anterior, remansado en los recovecos y de un pasado que se hace presente en las formas y estructuras.


Foto del autor: En esta zona, la sensación es de que entre las viviendas, subyace la fortaleza antigua...
  

Un zig-zag continuo de rampas y escaleras nos acerca ya a la cumbre...


Foto del autor
Foto del autor




Foto del autor: En una pausa para recuperar el aliento, echamos un vistazo atrás, ahora que la configuración del pueblo permite echar un vistazo hacia abajo.... Antes, las estrechas calles lo impiden.


 
Un par de recovecos mas nos llevan ya ante la fachada de la Iglesia y a lo que ya sin duda se corresponde con el recinto medieval, aunque ésta Iglesia, -de estilo gótico-, corresponde al s. XIV en su origen. Su aspecto impecable, nos habla de sus reconstrucciones en los siglos XVIII y XIX. Se trata del templo de Santa Maria.


Foto del autor: Iglesia de Santa Maria de Guimerà, del s. XIV.

No faltan, como no podía de dejar de ser, rincones y detalles que pararnos a observar en el espacio frente al templo...

Foto del autor: No he podido averiguar si este sarcófago corresponde a algún hecho o personaje
especiamente significativo. No obstante, llama la atención el trabajo en piedra y debió pertenecer
a alguien destacado en aquella sociedad.

Del interior nada puedo ofreceros... Existe un retablo modernista, de estilo gaudiniano que por referencias parece ser una obra digna de ser contemplada, pero ya sabéis que en estos tiempos, los templos están cerrados salvo a horarios convenidos y parece ser que Dios sólo recibe a horas concretas... Signos de los tiempos y de cómo entendemos la sociedad...  Una pena que alguien que pase una vez y jamás vuelva, pierda para siempre la oportunidad de disfrutar de aquello que se halla en la casa "de todos".

Demos pués la espalda a la religión, obligados por su propia costumbre y continuemos con aquello que sí se nos ofrece, los vestigios de la historia. Desde la zona del templo, vemos ya lo que resta del castillo...

 

Foto del autor: Restos del castillo de Guimerá, del s. XI

El castillo, que al parecer se asienta sobre lo que fué un poblado íbero anterior, se construye hacia el s. XI a partir de la torre de vigilancia, que adquiere las funciones de torre del homenaje a medida que se extienden las murallas y dependencias en siglos posteriores, hasta que en el s. XVI es uno de los baluartes mas antiguos de Cataluña y ejerce como residencia señorial.

El pueblo, dentro del recinto amurallado mientras cumplía la función de fortaleza fronteriza en sus primeros tiempos, se extiende posteriormente por la colina, fuera de las muros en tiempos ya mas calmados, cuando las tierras fueron seguras tras la reconquista y la zona alcanza una cierta riqueza agropecuaria.

Restan los vestigios de una pequeña capilla, de hornos, caballerizas y otras varias dependencias, ya muy deterioradas, como silos y el patio de armas.


Foto del autor: La muralla desde el exterior, con el campanario de la Iglesia adosado
y uno de los accesos al recinto.

Foto del autor: Escudo del castillo
Foto del autor: Acceso muralla por
zona de la Iglesia.

 
Podemos ver, en una terraza al pié de la muralla, los vestigios del antiguo cementerio, que por lo que se adivina se utilizó durante mucho tiempo, hasta el punto de que se llegó a usar la muralla para alojar enterramientos...

Foto del autor: Antiguo cementerio, con tumbas en las murallas... Hoy está desacralizado y vacio.

La torre, nucleo del conjunto y vestigio más antiguo, formaba parte de una linea vigía defensiva y se comunicaba visualmente con otras torres fortificadas de la zona. Por ejemplo, a pocos kilómetros, encontraríamos el Castillo de Ciutadilla, a la vista desde lo alto.


Foto del autor: La torre vista desde el exterior de la muralla, al extremo opuesto
del pueblo.


Siguiendo la muralla, llegamos a estas casas que aparentemente y por su alineación, se apoyan contra el muro exterior del castillo, quedando en su momento, dentro de la zona fortificada... Si ponemos imaginación y eliminamos las ventanas modernas y otros detalles, podremos imaginar la muralla que se alargaba rodeando la cumbre.


Foto del autor: El muro del castillo reseguia la cumbre y hoy forma parte de estas antiguas viviendas...

Entramos de nuevo, por una calleja que atraviesa el ya vencido muro lleno de accesos al recinto del castillo... Desde su altura, obtenemos esta vista del pueblo, y de la continuidad que la inclinación de la montaña da a sus tejados...

Foto del autor: Vista del pueblo desde lo alto del castillo...

 
Vamos ahora a acceder a la torre... Esta se haya restaurada, pero de forma que uno distingue con claridad los elementos originales de las obras posteriores, que es como se facilita la comprensión de lo que observamos...

Se llega a la misma por una escalera metálica y bien protegida. Las torres originales nunca tenían acceso a ras de suelo, pués eran el último reducto en caso de conquista del castillo. El acceso se realizaba por medios que permitieran, una vez dentro, destruirlos o derrumbarlos para imposibilitar a los de fuera entrar por la fuerza. Mientras, dentro se esperaban refuerzos o se negociaba la rendición. Desde luego, el refugio no permitía una larga resistencia.

Foto del autor: Torre y acceso en su estado actual... Notar el detalle
del doble muro que compone la construcción.




Foto del autor: Elementos reconstrucción

Foto del autor: Entrada a media altura



Foto del autor: Detalle de la cúpula que resta de la torre.




Foto del autor: Acceso a la terraza superior

A la parte alta de la torre se llega por una empinada y estrecha escalera en piedra. El parapeto que rodea la "media terraza" que resta de la parte superior no es muy alto, pero permite sentirse seguro y disfrutar de las vistas que a continuación os presento... Aquí es donde un servidor se permitió fumar un cigarrito (ya,ya.., mala costumbre) y donde dejas pasar un tiempo reflexionando, por no decir divagando, sobre todo lo que has ido viendo.



Foto del autor: Terraza superior de la torre.

Foto del autor: Vista hacia el este, vemos la iglesia, campos de labor, el cementerio antiguo...

Foto del autor: Por la ladera, al norte, se despliega el pueblo y al fondo, la vega del río y casas de labor.


Foto del autor: Hacia el oeste podemos admirar como se desarrolla el valle...



A los pies de la torre, algunos vestigios de las habitaciones del castillo...


Foto del autor: Apenas quedan las bases de algunas edificaciones y dependencias del castillo.

Bueno, va siendo hora de descender de la torre y de las ensoñaciones... El aire sopla y compensa el calor pasado en el ascenso, y en el silencio del castillo se está bien. Pero toca bajar... Tras un último vistazo, volvemos hacia la iglesia, rodeando las edificaciones...


Foto del autor: Último vistazo desde la altura...

Foto del autor: Vamos bajando de nuevo hacia la Iglesia... Entre los restos,
detecto alguna estancia cerrada... Seguro que es por seguridad, o se guardan
herramientas, pero me gustaría poder echar un vistazo..


Foto del autor: Algunas piedras labradas, restos de columnas, de dinteles
o de cornisas...

El castillo debió conservarse bastante bien hasta la primera guerra carlista, allá por 1835... En Catalunya, estas guerras causaron un gran destrozo de patrimonio, pues muchos lugares, como ocurrió también con las guerras contra el francés en otras épocas, fueron volados para evitar que los enemigos de uno u otro bando encontraran donde hacerse fuertes.

Ignoro si esto pasó en Guimerá o simplemente el abandono acabó con la fortificación... Practicamente, y salvo detalles, queda lo que hemos podido ver en este modesto reportaje.

Volviendo hacia la parte baja del pueblo, optamos por buscar otro camino diferente que nos muestre nuevos rincones... Intenataré no ser mas pesado y mostraros sólo unos pocos de los que me llmaron la atención.

Foto del autor: Detalle del antiguo cementerio
Foto del autor: Vista oeste de la torre

Foto del autor: Otro truco de las construcciones antiguas, las calles sin salida..
En caso de que el enemigo penetrara, debía repartirse para recorrer la totalidad de calles,
y esto lo debilitaba. Además, se encontracan encerrados y debían volver sobre sus pasos,
todo ello mientras eran hostigados y se fatigaban...


Foto del autor: Refuerzos y mas refuerzos
para resistir el tiempo...
Foto del autor: Descendemos por otra ruta


Foto del autor: Escaleras, rampas, esquinas... No hay pérdida, siempre bajando !!


Foto del autor: Algunos lugares parecen atemporales...


Foto del autor: Trabajos de conservación en una peculiar encrucijada de calles...


Foto del autor: Juegos de luces, tonos que hacen cálida la piedra...


Foto del autor
Foto del autor




 




Foto del autor: últimas rampas... ya vamos llegando a las calles próximas
a la carretera...
 
 
Antes de salir del pueblo, echamos un vistazo a la Capilla de Sant Esteve, también cerrada en ese momento y que se sitúa en la parte baja de la población... En la actualidad, su campanario forma parte de las construcciones que le roean.. ¿Quién sabe?, quizás siempre fué así.


Foto del autor: Detalle
Foto del autor: Capilla de Sant Esteve

De aquí a la carretera hay un paso y de la carretera a casa un buen rato, pués las carreteras son estrechas en esta zona.
 
Es díficil, o lo es para mí al menos, ser capaz de describiros lugares así y la breve historia de los mismos, su ambiente y su aspecto, y mucho más lo que todo ello junto transmite al visitante. Estos modestos reportajes podrían dar casi para un pequeño libro si nos detuviéramos a ampliar lo que yo menciono como de paso... Pués entre estos muros hubo sucesos, se podrían hallar nombres y se podrían documentar mil detalles, graficamente y por escrito. Un pueblo milenario encierra mucho que saber.
 
Aún así, resumido, escueto y quizás confuso por mis limitadas capacidades y entrega, estas entradas pueden ser excesivas para un blog, al exigir demasiado tiempo y atención. Espero que alguna cosa os haya gustado o al menos, sido de interés.
 
 
Foto del autor: Antes de abandonar el pueblo, desde la carretera, observamos el pueblo que ahora sí, conocemos un poco mejor y sabemos lo que encierra....
 
Ah.. se me olvidaba !!  Os debo una explicación de porqué a Guimerà, algunos le llaman "el pueblo donde los burros salen por los tejados..." Haciendo la foto que véis sobre estas lineas, una mujer ya entrada en años, anciana, pero enérgica y activa, se me acercó al ver que hacía fotos y observaba el pueblo: -¿Os ha gustado?-...  Empleaba el plural mayéstatico, el de respeto entre las personas de antaño...
 
Debo reconocer que en ese momento yo ya pensaba en el regreso, pero por educación me giré hacia ella y le dije que sí... Conversó conmigo de si había subido hasta arriba, del castillo... Y fué cuando me dijo: "¿sabíais que éste es el pueblo por donde los burros andan en los tejados?...
 
Claro está, le dije que no, -y quisiera yo o no-, la señora me contó que, -antes más que ahora-, la inclinación del terreno hacía que hubiera calles que quedaban a la altura del tejado  de las casas de mas abajo... y que, -antes mas que ahora-, al sacar los animales para llevarlos a trabajar, desde abajo del pueblo, daba la impresión de que los animales, al recorrer las calles, aparecían y desaparecian sobre las casas, por la perspectiva..
 
Desde aquí, sirva esta anécdota por disculpa, reconozco que las malditas prisas, el encerrarnos en nosotros mismos, hizo que casi por un momento, pasara del saludo de aquella amable mujer para seguir a lo mio... No todo el mundo, pero mucha gente, y más los ancianos, o los habitantes de un lugar, siempre tienen algo que aportar a todo lo que vemos y desde luego, hacen más próximo lo que casi siempre es un lugar por el que sólo pasamos... Aquella anciana aportó algo extra a la visita a Guimerá...
 
Aún ya alejándome, en un recodo de la carretera, paré a mirar hacia atrás... valía la pena emplear un minuto más.
 
Foto del autor: Guimerá, antes de que el camino me llevara hacia casa.
 
Jordi F.


PD: recordad que si queréis ver las fotos con mas detalle, haciendo "click" sobre ellas se abre un visualizador que, además, os permite esquivar todos mis escritos !!!
 




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