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Como tantos y tantos otros, este quiere ser un espacio de comunicación, de libertad en el respeto y de enriquecimiento...

Espero que en tu camino encuentres aqui algo de interés, que puedas volver y en cualquier caso, que tras tu marcha,
tengas un buen viaje.

Siempre agradeceré que, a tu paso, dejes tu opinión, tu comentario, no importa si favorable o contrario, pués así sabré que no hablo solo y que espero, además, respuesta.

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jueves, 10 de noviembre de 2011

Un día en Sant Miquel del Fai.

Hola pandilla... Hoy, con vuestro permiso, toca crónica de un lugar visitado. O sea, nada de temas sociales y sí, alguna imagen que os alivie y amenice la visita...

Como muestra de la eterna contradicción humana, -y la mía la primera-, diré que a Sant Miquel del Fai, "hay que ir..." El lugar lo merece sobradamente... Pero claro, yo diría que ojalá vayan pocos de por vez, pués casi como todos los lugares del mundo y la práctica totalidad de los sitios sobre los que os hablo, la calma, el recogimiento y el espacio son necesarios para apreciar la totalidad del lugar. La esencia de estas construcciones y su enclave, requiere la placidez y la falta de movimiento y ruido que la multitud, aunque puede que educada y cuidadosa, (las más de las veces no), produce. Y claro, alguien pasando por delante hace que no aprecies el conjunto... Esto es así.

Lo peor del sitio.... Bueno, desde la Desamortización, en 1834, pasó a manos particulares, y en la actualidad el acceso es previo pago y no es barato. Si, como siempre digo, es para su conservación, bien estaría, pero sacar beneficio de lugares históricos no me parece de ley.

Bueno, hechemos un vistazo:

Foto del Autor: Vista general del desfiladero y la casa parroquial, hoy con otros usos...
Aunque es un lugar de singular belleza, que la foto apenas refleja, los espacios que recorreremos
no se imaginan aún desde el acceso.

 
Sant Miquel se sitúa sobre despeñaderos de roca, lo que aquí llamarían un "cingle", y lo digo por que su localzación está en los "Cingles de Bertí", en la cordillera pre-litoral catalana. Pertenece a la población de Bigues y Riells, aunque su acceso mas conocido es desde la población de Sant Feliu de Codines.

En Sant Miquel, la roca, la piedra labrada, el agua y la vegetación forman un todo, con una integración admirable, como iréis viendo... El silencio y el rumor del agua, -y el del aire al mover las hojas-, son también una unidad y a su vez, parte esencial del encanto del paraje... Así que si váis, abrid todos los sentidos, pués el frescor de la roca y el agua aportan su sensación al conjunto...

Se accede por un pequeño puente, -viejo de piedra vieja-, que salva un torrente casi siempre seco, y que nos permite acercarnos al arco que, de roca a roca vertical, corona la fisura que se abre al despeñadero y al valle que el rio Tenes forjó. Es la única entrada de fácil acceso al lugar.

Por cierto, N.... y S..... me acompañaban en la visita, lo cual contribuyó a hacer agradable el día.


Foto del autor: El puente y la calzada de piedra, muy restaurados, empiezan a dejarnos
adivinar el encanto de este sitio.

Foto del autor: La entrada al despeñadero y al valle
Foto del autor:
El arco de acceso sobre la fisura en la roca

Tras el paso obligado por la grieta, llamada " El Pas de la Foradada" o "el Paso de la Agujereada" en castellano, empieza el no saber a donde mirar... Si magnífico es el valle cortado que se nos ofrece a la vista, las edificaciones de Sant Miquel parecen querer llamarnos y que avancemos para conocer el recinto.


Foto del autor: Espectacular el cañón en que, el poco caudal actual del río, parece desmentir
que fué él quién lo talló en la roca.

Foto del autor: Nos vamos acercando y empezamos a admirar el lugar en el que
se construyó el monasterio, sobre repisas de piedra labradas por la naturaleza y el tiempo.

Uno de los elementos primordiales, el agua, empieza a llamar poderosamente la atención por la presencia de una más que bella cascada que conduce, de terraza en terraza, al agua hasta el fondo del desfiladero. esta cascada esconde, como veremos, una mayor belleza natural aún... y su agua, cambiando quién sabe cuantas veces de curso, es la responsable de espacios que aún podremos admirar.


Foto del autor: Tras las sonrisas, al fondo, se encuentra la cascada que, en la época estival de la visita,
 posee un reducido caudal.


Llegamos al primer acceso y ya las paredes, vistas ahora de cerca, empiezan a tomar la relevancia que merecen. El entorno natural del lugar es impresionante. La roca parece venirse encima en los primeros momentos...


Foto del autor: Aquí se inicia la cornisa rocosa sobre la que se sustenta todo el monasterio
y sus dependencias... Ya el agua, filtrándose, acompaña la visita, aunque canalizada por la
mano del hombre... No obstante, lo que está bien hecho, no ofende, y esto es armonioso.

Una losa cerámica nos informa de la distribución de todo aquello que hay que ver antes de volver sobre los pasos...


Foto del autor: La visita, cada uno a su ritmo y yo aconsejo que sosegada,
puede durar entre 4 y 5 horas,pero claro, todo depende de lo que guste
a cada uno lo que hay que ver... Y es un buen paseo, duro para piernas
no acostumbradas.

Antes de penetrar en el recinto más antiguo y espectacular, bueno es saber que mas de mil años de historia se han ido sucediendo en este lugar... Se considera fundador del cenobio, (congregación de monjes) a Gombau de Besora, que en el año 997 compró estas tierras a Ramón Borrell... Y ya en el año 1006 se tienen noticias de la comunidad religiosa.

Nunca fué muy grande... Normalmente, cinco o seis monjes habitaban aquí, hasta el s.XIV, donde el declive del lugar como monasterio se inició al reducirse a tres los frailes al cargo. En 1567 finalizó la vida religiosa, -la permanencia física de la comunidad-, haciendose cargo de los servicios religiosos los sacerdotes de la archidiócesis de Gerona. El lugar pasó a ser santuario y hasta 1936 se realizó en él actividad religiosa.

No tengo ahora mismo múy claro la importancia específica del lugar, y algunos restos dan a entender que algunas reliquias pudieron ser guardadas aquí... No obstante, no se disponen de datos concretos... Cito un pasaje de wikipedia:

"A pesar de ser un monasterio de pequeñas dimensiones contó con importantes donaciones. En el Museo Diocesano de Barcelona se conserva una cruz románica de plata repujada, obra única de la orfebrería románica, procedente de Sant Miquel. En el museo se encuentran también lápidas, sarcófagos y otros artículos de menaje que demuestran la riqueza que un día tuvo este cenobio."

Pero pasemos ya a ver el lugar....


Foto del autor: Tras descender desde la grieta de acceso por un camino empedrado,
y pasadas las verjas modernas, encontramos la entrada al conjunto propiamente dicho.

Sobre estas lineas, vemos la entrada a la abadía... Un pequeño torreón guardaba el acceso, junto a un muro que linda con el barranco... A través del pórtico atravesaremos un pequeño corredor de piedra, que parece transportarnos a otra época.

Foto del autor: Restaurado, pero conservando todos los elementos propios
de la época, accedemos a través de este pasillo en piedra, a la abadía.

Aquí podemos ver el acceso y el torreón desde el interior...

Foto del autor: La entrada desde el primer patio. El recinto queda cercado por las paredes
de roca a un lado y por el precipicio que da al valle por el otro.

Avanzamos ya al siguiente espacio... Es la casa del priorato, del s. XV y estilo gótico. Alberga servicios al visitante y en su momento, -no sé si ahora también-, era hostal. Parece ser que se ha respetado mucho su estado original, si bien se halla restaurada y adaptada al uso actual.
Foto del autor: La casa del Priorato, s. XV.

Avanzamos y pasamos por el arco que en la foto anterior, se ve abajo a la derecha... Nos lleva a un nuevo espacio, angosto entre la casa y la pared y que une dos espaciosos patios... El pórtico de la casa en esta fachada, con su pequeña campana, nos evoca la llamada a la congregación, o quizás, el toque del peregrino que llegaba al recinto...




Foto del autor: Parece del todo natural la sucesión de espacios y luces, el transito de
la roca natural a la pared de piedra...

Seguimos, hasta el nuevo patio, y la lente y el ojo van y vienen hacia adelante y hacia atrás, intentando abarcar la belleza de cada recodo... La perspectiva es inusual, pues la naturaleza no guarda las lineas rectas y las edificaciones si, pero al estar tan entretejidas en el conjunto, cuesta adaptarse.

Foto del autor: Casi todo este espacio al aire libre, está cubierto por un impresionante techo de piedra natural, bajo el que discurre un canal de agua y se alojan algunas dependencias modernas...

Al girarnos para ver el camino que recorremos, no es menos impresionante el efecto...


Foto del autor: Una nueva vista de la casa del priorato, Desde y bajo el techo de roca natural.

Nos vamos acercando a la zona de la Iglesia propiamente dicha... No sé si es buscado, o casual, pero los rincones se van haciendo especialmente bucólicos, con juegos de luces y sombras que, sobre la piedra, hacen perder la noción del tiempo... Mejor que lo haría yo, os trascribo unos fragmentos explicativos de las imágenes que luego iremos viendo acerca del templo. (Extraidos de http://redviajes.es/sant-miquel-del-fai-patrimonio-arquitectonico/ y de wikipedia)


"La iglesia de Sant Miquel, del S.X ,única en España construida íntegramente debajo de una gruta ,se trata de la mayor iglesia troglodita del país. En el suelo de la iglesia son visibles las lápidas de los antiguos abades, en las capillas laterales casi desaparecidas, se encuentran dos tumbas. La primera, de Guillem conde Osona, y hermano de Ramón Berenguer I y la segunda tumba,de Andrés de Arbizu, monje de origen navarro que aportó numerosos bienes."
"Tiene una portalada románica formada por un arco de medio punto. Completa la portalada una arquivolta apoyada sobre un par de columnas, rematadas con capiteles decorados con motivos vegetales. Tan sólo quedan algunos restos del altar mayor."


Desde el patio anterior, se inicia un corredor en bajada, cuyo techo es el mismo que el que cubre la iglesia. Desde la vista de la foto que sigue, la entrada queda a la derecha y el muro de la izquierda soportaba las campanas, como veremos...

Foto del autor: Corredor techado por la roca que conduce al templo.

Antes de recorrer este pasadizo, hecharemos un vistazo a las campanas... Como podréis apreciar, estas no volveran a llamar a nadie a la oración...




Foto del autor: A los piés del campanario, una fuente vierte sus aguas en
el estanque que, pasado el corredor de acceso a la iglesía, podremos ver.



Y ya entrando en el pasillo, practicamente frente al arco de entrada al templo, tenemos la razón del silencio de este campanario encajado entre suelo y techo...


Foto del autor: Ambas campanas están rotas en la actualidad, desconozco si
tan sólo por el paso de los años o si encierra este hecho una historia mas
compleja... Quizás una guerra, quizás tan sólo el vandalismo de las gentes.

Foto del autor: Quizás uno espera, víctima
de su propio temperamento,
que en el crepúsculo, al volver
los pasos hacia la rutina y ya de vuelta,
 un tañido llegue con el viento al salir
del valle... y que nazca una
leyenda.    El sitio lo pide...
Foto del autor:

Hay algo de triste, de
melancólico en la imagen... Es un eco mudo
 del paso del tiempo... 

Hora es ya de ver la ermita subterranea... Ni que decir tiene que la sensación no tiene nada que ver con la habitual en un templo... Carece de la magnificencia de una catedral, pero abunda en la sencillez, la luz tiene otro tono y el recogimiento es total... La presencia de la roca natural por techo, evoca calma y antigüedad...


Foto del autor: Esta es la "fachada" del templo, y la puerta en arco...

Y el interior... Sin motivo ni empeño, lo  más apropiado aquí parece el silencio... Sabéis que la religión y sus motivos y causas no es lo que más aprecio, pero nunca está de más el respeto, ni es motivo de vergüenza admirar la belleza de las obras que no la Iglesia, sino los hombres, hicieron.

Foto del autor: Por supuesto, la iglesia se halla reconstruida y adecuada,
pero no cuesta imaginarla con luz de las velas y antorchas, olor a incienso
e imaginar las figuras de los monjes en sus tareas, quizás, oyéndose un canto...



Foto del autor: Capilla lateral
con una reproducción de la cruz
de plata labrada hallada en el
recinto....

Foto del autor: Otra capilla, con un simple
altar en piedra...






















Existía la costumbre de enterrar a los hombres de cierta relevancia en el suelo, en las zonas de paso, para que sus tumbas fueran pisadas por los fieles... A los piés de los más humildes, querían dar una última muestra de su propia humildad, póstuma, eso sí... El que en vida lo fuera, bién, pero el que sólo en la muerte lo aparantera, pretendía mentir a su Dios en el peor momento, creo yo.



Foto del autor: Tumbas de los abades en el suelo de la iglesia...


Expuestas y protegidas, se pueden observar muestras de los hallazgos que, al rehabilitar el templo, surgieron del pasado:


Foto del autor:  Arriba podemos ver una jarra de cerámica vidriada, datada entre los s. XII al XIII, que contenía restos óseos, ´quizás reliquias de santos... Es de origen almohade y sus grabados son de tipo árabe, con mótivos florales... Una incripción en ella reza: " No hay más Dios que el que está allá arriba", y también parece de origen árabe.

Abajo podemos ver  la lápida sepulcral del Conde de Osona, Guillem Berenguer, y contiene una loanza a él en su muerte, que como menciona el texto, ocurrió en plena juventud.


Con una mirada al altar, a la pared opuesta al mismo y en la que se alojan los objetos que hemos visto y por último, a la salida, daremos por finalizada, que no por olvidada, la Iglesia de Sant Miquel del Fai, la más grande bajo tierra de nuestro país y una joya en el sentido que queramos darle.


Foto del autor: Altar que, si hoy es sencillo, en su día debió ser de una austeridad
muy digna, quizás en alegoría de cómo debieran ser las cosas del espíritu y del alma.


Foto del autor: El fondo de la iglesia. A la izquierda podemos ver la bajada a
la cripta, que ese dia no pudimos ver... Una verdadera lástima.


Foto del autor: Bello contraluz al abandonar el recinto... Aquí, todo se conjuga para
el encanto: piedra, luz, construcción y paraje...


No... lo siento, pero no... La visita a Sant Miquel del Fai no finaliza aquí, no puede... Aunque sería un más que digno final lo que hemos contemplado.. Os comentaba que la belleza que se conjuga aquí, entre lo que el hombre creó y lo que la naturaleza ofrece, merecia una visita de varias horas... Así que no tendréis la suerte de se acabe ya el rollo que os ofrezco... Sant Miquel nos aporta aún varias sorpresas que por sí solas, ya valdrían la pena para acercarse al sitio... Así que si aún no estáis hartos, seguiremos...

Seguiremos el corredor cubierto del acceso a la Iglesia, desembocando en "La Plaça del Repós" o sea, "La Plaza del reposo". Antes veremos un estanque que recoge la abundante agua que a lo largo de todo el recorrido vamos encontrando, -construido en la cornisa que da al barranco-, acapara nuestra atención con sus detalles. El agua sobrante, en cascada, irá a reunirse en el fondo con las aguas del rio Tenes, en su cauce natural.


Foto del autor: El estanque, con la fachada posterior  de la casa del priorato

Vamos recorriendo en semicírculo el inicio del valle, por lo que si miramos atrás, ahora veremos el campanario desde otro punto de vista:


Foto del autor: La edificación que soporta las campanas, vista desde el estanque.


Antes de llegar a la plaza que hemos visto, algunos detalles valen la pena ser observados... Ya me conocéis..


Foto del autor: Desde el corredor de la iglesia...


Foto del autor: A través de la vegetación...


En San Miquel no todo es reposo... En los días festivos siempre suele haber alguna actividad, y en este caso, un recital para niños. Bueno, no soy asocial del todo y aunque había bastante escándalo, el día todo lo merecía. seguimos viendo que el techo rocoso se extiende a lo largo de toda la construcción, y esta es ya la tercera plaza que visitamos. Desde ella, se obtiene también una vista perpendicular al recorrido del rio...


Foto del autor: espectáculos al aire libre. Notar el tamaño de las rocas
del techo... Bajo ellas se aloja un pequeño museo y una sala audiovisual.


Foto del autor: A media altura del despeñadero, esta es la vista del valle
y el rio...

Sigamos tras un breve descanso en la plaza, admirándolo todo... Encontraremos una bifurcación... A la izquierda, por unas escaleras, nos dirigimos a una pequeña pero interesante y bonita cueva. Como sea que habremos de volver a este punto tras visitarla, yo recomiendo este itinerario. Se trata de la Cova de San Miquel...

Nos alejamos del techo de roca, estamos a pleno sol y en el acceso a la escalera que nos lleva a la cueva...

Foto del autor: Con el desfiladero al fondo, iniciamos la bajada...



Foto del autor: Las escaleras nos dejan justo al inicio...
Sólo unos metros, pero de pendiente.


Al pasar al interior, nos encontramos "balcones" naturales desde el interior de la gruta y que miran al barranco... dejan entrar la luz del día creando bonitos ambientes...

Foto del autor: Balcones naturales
en el interior, que dan al barranco.
Foto del autor: Entrada a la Cueva












Foto del autor: Contrastes al internarnos...


La cueva, como el resto del recinto, está preparada para la visita sin complicaciones del viajero que acude al lugar. Salvo un trecho más adelante del que ya hablaremos.

Existe en la gruta iluminación artificial y salvo el goteo constante de agua del techo y algún posible resbalón, nada más complicado nos espera. Así, podemos disfrutar del espectáculo sin preocupaciones.... Sí, yo preferiría la linterna, pero reconozco que está hecho con buen criterio y es cierto que así, ves más detalles.

Veamos la cueva mas al interior... El agua la talló y dió forma...


Foto del autor: tras los balcones, penetramos en la gruta ya completamente cerrada... Las rocas reflejan
su origen calcareo y sus formas indican  como el agua, por sedimentación mientras cae por las paredes y techo,
las modela.

El suelo está despejado y para evitar dificultades, el agua está también canalizada en remansos y estanques laterales...


Foto del autor: Fácil el acceso, nos podemos dedicar sin apenas cuidado
a la visita...


En los pocos momentos de silencio que los visitantes no rompemos, es fácil escuchar el goteo  del agua... La quietud de las cuevas se hace patente.


Foto del autor: El goteo constante del agua... No es eterno, nada lo és, pero lleva siglos y siglos produciéndose...


Foto del autor: La camara capta los colores y formas, las ondas en el agua,
de forma estática.. En realidad, nada está quieto. Los dibujos en el agua no se
repiten jamás y capturarlos siempre será un placer... por el que me siento agradecido...


La cavidad se va estrechando y la cueva llega al final... Bueno, el recorrido... Grietas y pequeños túneles se perderán en la montaña recogiendo el agua que se filtra. Un estanque cierra también el paso a los últimos metros...



Foto del autor: La gruta llega a su final...


Con un par de imágenes más, cerraremos este fragmento del todo que es San Miquel del Fai... El destello del flash de la cámara realza los brillos que minerales y musgos ofrecen, cubriendo y adornando de forma inmejorable las paredes que nos acogen.



Foto del autor: Formaciones y colores en las paredes...



Foto del autor: inacabables detalles...



Bien... vamos saliendo, que esto aún no se acaba y es imposible describir hasta el final todo lo que apreciamos... Hay que empaparse de ello.



Foto del autor: Hacia la salida, volviendo sobre nuestros pasos.



De nuevo al aire libre... al sol... Si bella era la iglesia, fruto del ser humano, no menos lo ha sido el templo que la naturaleza nos ha brindado.

Existe un ente, que el hombre llamó desde siempre Diosa, y que no exige más que el respeto... Jamas ha guerreado por las almas, sino por su defensa contra religiones que ofrecian a cambio de la muerte, una promesa de vida.... Gea, Gaia, Tierra... La Diosa Madre no es sobrenatural, pero es inmensa, poderosa y tan generosa como cruel en sus actos. Con la fé de que cada uno disponga, esperemos saber dar a la Diosa un trato de favor... Nos equivocamos al creer que su profanación está por debajo de los derechos y ambiciones humanos. Lo que le hagamos, nos será devuelto y no por maldad ni venganza, sino por el simple causa y efecto.

Bueno, no nos pongamos dramáticos... Subiendo de nuevo podremos observar que nos vamos acercando a la cascada que preside el valle...


Foto del autor: Volviendo al recorrido principal, vemos con algo más de
proximidad el tramo inferior de la cascada...

Regresando ya al itinerario principal, y en la misma Plaça del Repos, hallamos una escultura de Josep Plà, novelista y cronista del s. XX en lengua catalana, toda una institución por sí mismo.

Foto del autor: reposamos un instante
acompañando al escritor...

Avanzamos y pasamos por el llamdo "llac de les monges" o "lago de las monjas"... En realidad, una cavidad al pié de la pared que recoge el agua.


Foto del autor: El "Llac de les Monges"... Tal vez el inicio de una
gruta sumergida...


Estamos de camino a la cascada principal... Encontramos unas curiosas formaciones que cuelgan de las paredes concavas del camino... Se trata de unas "semivivas" estalagtitas. Al gotear, el agua deja sedimentos y, sobre ellos, líquenes y musgos crecen... El agua sigue cayendo a traves de ellos dejando a su vez más residuos que alimentan a más plantas... El proceso sigue hasta formar verdaderas columnas colgantes...



Foto del autor: Columnas de sedimentos y plantas cuelgan del techo
y de las paredes... Curiosa formación cuyo tamaño supera al de un adulto..



Foto del autor: Detalle del proceso de formación de las columnas colgantes.

Vamos observando cosas y seguimos buscando la cascada... Lo que nos aparece es la boca de un tunel natural que, goteando agua sobre nuestras cabezas, atravesaremos...


Foto del autor: En el interior, llueve..
Eterna agua en San Miquel...
Foto del autor: Tunel natural en
el camino...





















La mezcla de luz, humedad y gotas, dió lugar a esta foto que, sin ser nada especial, aparece como curiosa... Corresponde a los primeros metros del tunel...


Foto del autor: Ningún efecto especial ni retoque... La combinación de factores
proporcionó esta curiosa vista del tunel.


El contraluz del sol a traves de un agujero en el techo, el destello del flash y la humedad crearon esta otra imagen de la pared de piedra...


Foto del autor: Luz, piedra y humedad...



Aquó observamos la verdadera magnitud del paso subterraneo, que no es más que la continuación de la cornisa de piedra que, con diferentes dimensiones, sustenta todo el recorrido. Aquí, simplemente, el techo aún resiste... Formar este paraje requiere el paso de quizás miles de años...



Foto del autor.


El agua, la principal modeladora de todo cuanto vemos, sigue con su labor... En el centro de la siguiente imagen veréis como sigue goteando, con fuerza, erosionando la roca y creando belleza... Al fondo, la vegetación penetra en el tunel...



Foto del autor: naturaleza viva... no por ser un concepto repetido, deja de tener sentido.


Cuando apenas lo esperas, el tunel se abre, con una luz especial, con un sonido característico, en un espacio amplio y como en los cuentos de duendes y hadas, mágico... Ya sabemos donde está la cascada...


Foto del autor: hemos llegado por el tunel que se ve al fondo, y desde detras de la cortina de agua vemos
el cielo abierto... No intentaré describirlo con palabras...

Como nosotros, muchas personas permanecen viendo el lugar... Merece la pena un reposo empapándose de la sensación... y del agua que el aire empuja al interior.


Foto del autor: Así se ve desde dentro... En epocas de mayor caudal de agua,
el lugar se vuelve mucho más impresionante...



Foto del autor: Y así, buscando el lugar adecuado, se ve la gruta tras la cascada.


Al volver sobre nuestros pasos, mas tarde, (pues aún no hemos acabado, lo siento), pedí a N... y S... que permanecieran en el lugar y me adelanté para poder tomar unas imágenes que orienten sobre la proporcion de todo esto...



Foto del autor: esta es la dimensión de la caverna, pero sólo es la primera de
las diferentes caidas del salto... Lo podréis observar en la siguiente imagen...



Foto del autor: Vista de la cascada completa... La caverna se halla en el primer "escalón".

Hora ya de abandonar la caverna tras la cáscada... me gustaría pediros el esfuerzo de imaginar toda esta visita realizada a vuestro ritmo y en soledad... Yo he sido afortunado de recorrer este camino "casi" sin gente en los alrededores, y hay puntos, como el de la cascada, en que si un duende vieniera a pedirte noticias del reino de la gente grande, no te parecería excesivamente extraño...

Quizás, lo más espectacular del lugar ya lo hemos visto, así que vayamos abreviando... Retomamos el sendero dejando atrás la cascada y saliendo por otro bello paso entre rocas...


Foto del autor: Salida de la caverna de la cascada, hacia lo que
aún nos queda de recorrido...


No sé si habréis observado que el camino sigue en semicirculo el inicio del cañón que formó el rio. Ahora estamos, al pasar el arco de la foto superior, enfrente de la pared por donde se inició la visita, y disfrutamos de una espectacular vista del conjunto, quizás, una de las imágenes más conocidas y difundidas de este lugar.


Foto del autor: vemos la estructura de roca y la impresionante
cornisa sobre la que se asienta el conjunto y el camino que recorremos.
El agua sobre todo, y los demás elementos naturales, erosionaron estrato
tras estrato la piedra dando lugar al paraje donde nace el barranco.


El próximo punto de interés lo hallamos en la ermita del s.X, que me presenta numerosas dudas, pués no he hallado documentación para ofreceros... Es la ermita de San Martí... Así que me perdonaréis si, para no mentir sin querer, me limito a mostrarosla...



Foto del autor: Ermita del s. IX ó X, situada de manera espectacular sobre un llano en alto.


Veremos que, pese a su antiguedad, es halla completamente restaurada. Es más que digno de contemplar el techo circular del ábside, en piedra, así como los arcos de la pequeña entrada.



Foto del autor: Abside, altar y frescos...


Foto del autor: La entrada, de doble arco de medio punto.


Foto del autor: El acceso desde el exterior...


Cabría remarcar los frescos existentes tras el altar, pero cómo os decía, no he sabido documentarme, y a mí me da que, más que una restauración, son una reproducción y los originales deben hallarse en algún museo, tal vez el diocesano... Pero todo esto es pura suposición mía.


Foto del autor: Detalle de los frescos.


Y una vez que hemos reposado en el interior de la ermita, ya nos enfrentamos al último lugar de interés que San Miquel nos ofrece... El lugar es generoso pues todo esto se halla en un recorrido de tres o cuatro kilómetros, a media altura en el barranco y en sentido ligeramente descendente según hemos avanzado...

Antes hemos dicho que la visita es totalmente cómoda y segura para los visitantes, pero ahora llegamos a la "Cova de les Tosques", y aunque yo la llegué a conocer de libre acceso, hoy está restringida. Menores de 7 años, mujeres embarazadas o personas con un calzado inadecuado no deben realizar esta parte de la visita, y además, se hace obligatorio el uso del casco.

Su nombre se debe al tipo de piedra y es un conjunto de túneles de fuerte pendiente que, en paralelo al barranco y cercano a su superficie, desciende una parte del despeñadero. Los corredores son estrechos, bajos y de paso incómodo, y aunque habilitadas, existe el riesgo de caida, de ahí su limitación en el acceso.

Veamoslas en un conjunto de imágenes:


Foto del autor: Acceso a les Tosques
Foto del autor: Descenso... El primero
de varios...

Foto del autor: Aunque con escaleras, la bajada es practicamente vertical
y se impone la precaución... No obstante, las sensaciones lo valen...

Foto del autor: Diferentes inclinaciones, alturas y pasos... Laberíntica, la cueva nos hace agradecer la protección en la cabeza, más de una vez rozamos el techo !!


Foto del autor: La luz del día entra por ventanas naturales y se aprecia que,
sin haber habilitado el paso, la visita requeriría de equipo especializado.


Como os decía, los túneles bajan en paralelo al barranco, y la escasa distancia de estos con la superficie exterior, hace que de nuevo nos encontremos con ventanas naturales al barranco y sus vistas...


Foto del autor: ventanas naturales.

Foto del autor: El descenso, y la cueva, finalizan en una gran abertura, un balcón
que cumple perfectamente con las funciones de mirador del valle...




Foto del autor: Contraluces en los túneles de ascenso... ver la piedra labrada por el agua...


Bién.... podría hacer esta entrada mas extensa a base de imágenes y detalles, que no cesan de aparecer a la vista. Cientos de fotos y de recuerdos... He procurado dar una idea general de cómo son los diferentes lugares que componen este conjunto y espero haber reflejado parcialmente al menos, el interés y la belleza que posee, pero es imposible compartir la sensación y la plenitud a través de este reportaje.

Ya quizás, excesivamente larga esta entrada, sólo queda por decir que en este lugar, digno de visitar y rico en elementos, lo natural y lo humano se han sabido ensamblar: Agua y cauces, roca y piedra labrada, grutas y accesos, escaleras y alturas... La Iglesia con su entorno tan particular... Los cambios de luz y temperatura, de sequedad al sol y humedad en los recovecos... Todo crea un singular paraje que no puedo por menos que recomendar que veáis, pero eso sí, no muchos y poco a poco, y con todos los sentidos abiertos...

El retorno se hace a paso pausado, con algo de fatiga y volviendo sobre nuestros pasos... Como verlo una sola vez no basta, el regreso nos brinda la oprtunidad de observar más detalles, oir más sonidos, como el goteo del agua o el rumor constante de la cascada... y ello no nos cansa por repetido... Y surgen, como siempre al ojo abierto, detalles...


Foto del autor: El otoño ya se acerca ....


Hasta la próxima, disculpad que os haya robado el tiempo, pues ha sido queriendo...


Jordi F.