Cuentan los cristianos, -con toda certeza-, que el Arco Iris fué -y aún es-, el sello del pacto de Dios con el hombre para que nunca más se diera un Diluvio como castigo...
Dicen en el Orinoco que, por su promesa de permanecer juntas para siempre, siete mariposas entregaron sus almas y se les concedió esa unión trazando el color de sus alas para siempre en un arco en el cielo...
Pero en Irlanda saben bien que el Arco Iris marca el lugar donde, enterrada, se halla la vasija de las monedas de oro del pequeño duende llamado Leprechaun...
A sus pies, se halla el cuerno de la abundancia...
No... es el reflejo de las lagrimas de una madre, que el cielo quiso apaciguar con la dulce agua de lluvia...
Foto del autor: arco iris sobre campos de Toledo |
Algunos se empeñan en afirmar que solo es la energia radiante de una inmensa bola de hidrógeno, tan lejana que ningún dios participó de ella, que a traves de los campos mas frios imaginables, sin viento se transporta y que no es capaz de vencer a las pequeñas gotas de agua... Al llegar a la tierra, ese agua vital la hace estallar en un arco tal que recuerda al ser humano la modestia de su lugar en el universo... Su poder es tal que nunca, nadie, puede dejar de mirarlo cuando aparece...
Tened la mejor de las noches... pues seguramente todas las explicaciones sirven a un fin.